Los primeros son, en general más propensos a ponerse en solfa hoy en día, con posibilidades de sobrevivir a los pecados que se les atribuye como hemos visto en el caso de CZ (y menos mal), y pasar de grises a blancos. Los segundos desaparecen (y si acaso reflotan con otra identidad), y son menos los casos donde veamos que la persona detrás del negocio es pillada. Los segundos con KYC no tienen sentido.
En cuanto a la estructura de bitzlato, las imágenes archivadas de principios de año no tienen apartado informativo alguno, algo que uno echa de menos encontrar. El tal Anatoly Legkodymov era CEO y confundador del Exchange, con participación mayoritaria. Ahora desde luego no es fácil encontrar mucha información acerca del resto de la cúpula (ni siquiera el nombre del otro cofundador).
Sin querer parecer una persona prejuiciosa ni nada parecido, al juzgar por el nombre del cofundador y el hecho de que no pedían documentos de sus clientes, quizá las autoridades le dieron prioridad al caso de ese intercambio de monedas por posiblemente estar ligado a movimiento y lavado de capitales procedentes de Europa oriental y de los aliados de Rusia, como Irán y los grupos armados que se ven beneficiados del apoyo económico del país Islámico.
Mi predicción personal es que con el paso del tiempo puede que el Coinjoin y soluciones decentralizadas se impongan sobre las batidoras centralizadas. No creo que a un desarrollador no se le ocurra utilizar contratos inteligentes en una red como Ethereum que ofusque la trazabilidad de los Wei. Viendo cómo van las cosas y como la política y los términos en general van deviniendon en cosas que antes nosotros ubiesemos considerado de ciencia ficción (Pornografía hecha por inteligencia artificial, Youtubers virtuales, lectores de huellas en los teléfonos), quizá no pase mucho tiempo hasta que aparezcan personas que le vean sentido a las batidoras con KYC.