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Todas las ICOs venden la idea de que son prometedoras. Te venden la promesa de que van a revolucionar el entorno tecnológico en un determinado sector. Generalmente estas ICO (oferta inicial de criptomonedas) están respaldadas en un aval como bienes raíces, metal precioso, la parcela de un terreno o una reserva mineral (como es el caso de la criptomoneda venezolana Petro; avalada en reservas de petróleo, pero muy cuestionada por ser promovida por el Gobierno de ese país).
Otras promueven la interacción de un determinado grupo social con los líderes, autores de libros, deportistas o artistas. La fachada de estos tipos de proyectos termina desmoronándose cuando comienzan las ventas de sus token. Apenas terminan de recaudar, poco o nada se sabe de muchos de ellos. Más tarde, vemos en las noticias relacionadas con criptodivisas alguna que otra noticia de estafa donde los creadores de esas criptos están implicadas; como el caso de Confido, Paycoin o Bitconnect; que terminó siendo una estafa luego de las quejas de algunos usuarios acerca de fallas en su plataforma.
Eso era precisamente lo que quería atacar los desarrolladores de W12 (acrónimo para Witness 12 cuya traducción quiere decir Doce Testigos); una token con sede en Rusia especializada en proteger la inversión de quienes ponían su dinero en campañas de crowdfunding para Startups o para ayudar a una institución o una persona con limitaciones para costearse tratamientos. No obstante, como suele pasar en toda ICO que aparentemente busca tokenizar cierta actividad, toda intención tiene su lado oscuro y W12 no escapaba de ello.
Los rusos tienen la fama de ser muy estrictamente rectos y herméticos en cuanto a proyectos de inversión se trata; suelen cerciorarse de que todo esté en orden de la manera que para los occidentales puede ser estrafalaria. Si hay un indicio de fraude, ellos van a imponer toda su investidura para hallar al responsable y proceder con todas las de la ley para que rinda cuentas ante la justicia de ese país. O en muchos casos, ante los que suelen poner dinero en esos proyectos. W12 quería – o al menos le hacía ver a la comunidad de criptoactivos – aplicar ese tipo de filosofía por medio de su token.
La tecnología de esa token está basada, según su libro blanco, en un protocolo descendiente del lenguaje criptográfico ERC20 utilizada en la popular criptomoneda Ethereum, denominada ERC20-W. Este protocolo permitiría entonces analizar y aprobar un proyecto por medio de doce pasos de revisión o doce testigos. Si un proyecto no cumple con uno de los pasos, dicho proyecto no sería financiado y las inversión hecha por los donantes estaría protegida por medio de esta token. Básicamente, para la comunidad tenedora de los token W12, el proyecto sería fraudulento; por lo que los administradores reportarían a las autoridades quienes intervendrían los correos electrónicos de los supuestos implicados en la supuesta estafa.
El caso no es que el proyecto sea un fraude o no. Ha habido proyectos que sin serlo, terminan siendo clausurados por W12. En nuestro caso –sí, yo había hecho una campaña en W12 junto con dos de mis compañeros-, no hubo intención de los administradores del proyecto en hacer intercambio de las criptomonedas para que los inversores tuvieran la token en sus manos. Y así poder nosotros capitalizar a través de ellos. Quisiera saber si, así como el caso de nosotros, hubo proyectos que fueron clausurados por W12 sin tener la oportunidad de recibir fondos. Yo creo que hubo un montón y fueron silenciados.
Les voy a contar una anécdota: En ningún momento recibí un soporte serio de parte de W12, lo único que recibí son respuestas escuetas y divagantes que solían ser irritantes para nuestro caso. La última vez que recibí una respuesta de ellos, fue en el momento en que decidieron cerrar nuestra campaña por no haber recibido nuestra token para venderlo –sin ellos, por supuesto, darnos una dirección donde entregarlas-. Ellos nos enviaron una dirección de una cuenta de Telegram de un tal @andgran que, al igual que la gente de soporte, le gustaba divagar cada vez que requeríamos de un soporte o solicitarle una dirección de Counterparty (protocolo la cual estaba basada nuestra token) para poder enviar nuestra token.
Lo que me llevó a la conclusión de que ellos estaban usando nuestra campaña de fachada para hacerles ver al mundo del supuesto potencial de W12 de proteger la inversión de los recaudadores. Algo que ellos lo hacen muy bien porque está el hecho de que ellos están promocionando una token llamada Moozicore. Si vemos la gente que respalda esta iniciativa, son gente con experiencia dentro de la industria del entretenimiento y del software; como el caso de McAfee, quienes invirtieron en W12 para que les promocionaran la token. Comparados con ellos, hay una distancia sideral de lo que somos nosotros respecto a esos ‘titanes’ de la industria que respaldan Moozicore. Prácticamente, no somos nadie.
Al cabo de unas horas, nosotros fuimos intervenidos por –aparentemente- la embajada de Rusia en Venezuela. Nuestras llamadas fueron intervenidas, los correos fueron intervenidos –o fueron hackeados- presuntamente desde Ucrania. Sabemos bien que Ucrania no se las lleva bien con Rusia por muchas razones; entre ellas está que su gobierno, a diferencia del ruso, es anti-comunista, y tienen un enorme resentimiento por el Kremlin, entre una lista larga de cosas, gracias a que los rusos se hicieron con la región ucraniana de Crimea. Solamente yo pude recuperar mi correo. Los correos Yandex relacionados con Mayuyacoin (nuestro proyecto), e inclusive, los personales de mis socios, siguen sin ser recuperados.
Para finalizar, les invito a que nos hagamos una reflexión a ver de verdad el papel de W12. Durante nuestra campaña, ellos cambiaron la dinámica y pasaron de apoyar productos de emprendimiento a proyectos caritativos. Básicamente, se convirtieron de la noche a la mañana una especie de GoFundme con Blockchain. Mientras, ellos esperaban a que nuestra campaña terminara para hacerse con el dinero. Cosa que a la final, no fue así.
Otras promueven la interacción de un determinado grupo social con los líderes, autores de libros, deportistas o artistas. La fachada de estos tipos de proyectos termina desmoronándose cuando comienzan las ventas de sus token. Apenas terminan de recaudar, poco o nada se sabe de muchos de ellos. Más tarde, vemos en las noticias relacionadas con criptodivisas alguna que otra noticia de estafa donde los creadores de esas criptos están implicadas; como el caso de Confido, Paycoin o Bitconnect; que terminó siendo una estafa luego de las quejas de algunos usuarios acerca de fallas en su plataforma.
Eso era precisamente lo que quería atacar los desarrolladores de W12 (acrónimo para Witness 12 cuya traducción quiere decir Doce Testigos); una token con sede en Rusia especializada en proteger la inversión de quienes ponían su dinero en campañas de crowdfunding para Startups o para ayudar a una institución o una persona con limitaciones para costearse tratamientos. No obstante, como suele pasar en toda ICO que aparentemente busca tokenizar cierta actividad, toda intención tiene su lado oscuro y W12 no escapaba de ello.
Los rusos tienen la fama de ser muy estrictamente rectos y herméticos en cuanto a proyectos de inversión se trata; suelen cerciorarse de que todo esté en orden de la manera que para los occidentales puede ser estrafalaria. Si hay un indicio de fraude, ellos van a imponer toda su investidura para hallar al responsable y proceder con todas las de la ley para que rinda cuentas ante la justicia de ese país. O en muchos casos, ante los que suelen poner dinero en esos proyectos. W12 quería – o al menos le hacía ver a la comunidad de criptoactivos – aplicar ese tipo de filosofía por medio de su token.
La tecnología de esa token está basada, según su libro blanco, en un protocolo descendiente del lenguaje criptográfico ERC20 utilizada en la popular criptomoneda Ethereum, denominada ERC20-W. Este protocolo permitiría entonces analizar y aprobar un proyecto por medio de doce pasos de revisión o doce testigos. Si un proyecto no cumple con uno de los pasos, dicho proyecto no sería financiado y las inversión hecha por los donantes estaría protegida por medio de esta token. Básicamente, para la comunidad tenedora de los token W12, el proyecto sería fraudulento; por lo que los administradores reportarían a las autoridades quienes intervendrían los correos electrónicos de los supuestos implicados en la supuesta estafa.
El caso no es que el proyecto sea un fraude o no. Ha habido proyectos que sin serlo, terminan siendo clausurados por W12. En nuestro caso –sí, yo había hecho una campaña en W12 junto con dos de mis compañeros-, no hubo intención de los administradores del proyecto en hacer intercambio de las criptomonedas para que los inversores tuvieran la token en sus manos. Y así poder nosotros capitalizar a través de ellos. Quisiera saber si, así como el caso de nosotros, hubo proyectos que fueron clausurados por W12 sin tener la oportunidad de recibir fondos. Yo creo que hubo un montón y fueron silenciados.
Les voy a contar una anécdota: En ningún momento recibí un soporte serio de parte de W12, lo único que recibí son respuestas escuetas y divagantes que solían ser irritantes para nuestro caso. La última vez que recibí una respuesta de ellos, fue en el momento en que decidieron cerrar nuestra campaña por no haber recibido nuestra token para venderlo –sin ellos, por supuesto, darnos una dirección donde entregarlas-. Ellos nos enviaron una dirección de una cuenta de Telegram de un tal @andgran que, al igual que la gente de soporte, le gustaba divagar cada vez que requeríamos de un soporte o solicitarle una dirección de Counterparty (protocolo la cual estaba basada nuestra token) para poder enviar nuestra token.
Lo que me llevó a la conclusión de que ellos estaban usando nuestra campaña de fachada para hacerles ver al mundo del supuesto potencial de W12 de proteger la inversión de los recaudadores. Algo que ellos lo hacen muy bien porque está el hecho de que ellos están promocionando una token llamada Moozicore. Si vemos la gente que respalda esta iniciativa, son gente con experiencia dentro de la industria del entretenimiento y del software; como el caso de McAfee, quienes invirtieron en W12 para que les promocionaran la token. Comparados con ellos, hay una distancia sideral de lo que somos nosotros respecto a esos ‘titanes’ de la industria que respaldan Moozicore. Prácticamente, no somos nadie.
Al cabo de unas horas, nosotros fuimos intervenidos por –aparentemente- la embajada de Rusia en Venezuela. Nuestras llamadas fueron intervenidas, los correos fueron intervenidos –o fueron hackeados- presuntamente desde Ucrania. Sabemos bien que Ucrania no se las lleva bien con Rusia por muchas razones; entre ellas está que su gobierno, a diferencia del ruso, es anti-comunista, y tienen un enorme resentimiento por el Kremlin, entre una lista larga de cosas, gracias a que los rusos se hicieron con la región ucraniana de Crimea. Solamente yo pude recuperar mi correo. Los correos Yandex relacionados con Mayuyacoin (nuestro proyecto), e inclusive, los personales de mis socios, siguen sin ser recuperados.
Para finalizar, les invito a que nos hagamos una reflexión a ver de verdad el papel de W12. Durante nuestra campaña, ellos cambiaron la dinámica y pasaron de apoyar productos de emprendimiento a proyectos caritativos. Básicamente, se convirtieron de la noche a la mañana una especie de GoFundme con Blockchain. Mientras, ellos esperaban a que nuestra campaña terminara para hacerse con el dinero. Cosa que a la final, no fue así.
Próximamente, haré un hilo en inglés acerca de esto. Voy a tratar de hacerlo viral porque no es justo que personas que tengan recursos limitados para lanzar una especie de ICO, tengan que sentirse defraudados por este tipo de cosas...