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El problema del KYC es que, si bien en principio parece que as ICOs/STOs puedan cubrirse ante una potencial vertiente legal, nunca sabes qué pasará con estos datos personales una vez se los remitas. Yo era comprensivo en su momento con los procesos de KYC, y cuando participé en alguna ICO pensaba que no era descabellado su solicitud. A la postre, la mayor parte de las ICOs se han ido a tomar viento, y por extensión, nuestros datos están vete a saber dónde y en manos de quién, lo cual como reflexión ha moldeado mi pensamiento al respecto y ensalzado mi reticencia.
Las estafas siguen porque pueden. Es decir, los estafadores sí que gozan muchas veces de anonimato/falsas identidades, y la impunidad generalizada debido a que no se les persigue nominalmente. La parte receptora, el estafado, puede mitigar sus riesgos siendo por defecto cauteloso y desconfiado, además de estudioso de la materia. Son sobre todo los recién llegados, y los más ingenuos los que son carne de cañón, y eso es así desde los principios de los tiempos.