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Fuera de esto, el problema de fondo que yo le veo a PolitiFi, es que los intereses detrás de los resultados en apuestas deportivas o juegos de casino no parece que tengan mayor repercusión en el mundo real. Si un gambler pierde su apuesta o un equipo gana un partido no es algo con mucha trascendencia. Sin embargo, en el caso de la política, las apuestas podrían indirectamente acabar distorsionando el sistema democrático, e influir en los repartos de poder, algo que nos puede afectar a todos como ciudadanos.
Fuera de esto, el problema de fondo que yo le veo a PolitiFi, es que los intereses detrás de los resultados en apuestas deportivas o juegos de casino no parece que tengan mayor repercusión en el mundo real. Si un gambler pierde su apuesta o un equipo gana un partido no es algo con mucha trascendencia. Sin embargo, en el caso de la política, las apuestas podrían indirectamente acabar distorsionando el sistema democrático, e influir en los repartos de poder, algo que nos puede afectar a todos como ciudadanos.
Si, entiendo lo que dices, cuando se habla de política se está hablando de eventos transcendentales que afectarán tanto a lo que apuestan como a los que no están dentro del mundo de la apuestas, incluso aquellos que se consideran apoliticos y prefieren no amargarse la vida haciendo vide politicia como votantes, si quiera.
Por cierto, yo creo que esos tokens políticos y el ecosistema PolitiFi solo será aprovechable en ciertas épocas del año y que la mayoria del tiempo irán en una bajada lenta pero constante durante los cuatro años que hay entre cada una de las elecciones de los estatos Unidos. No le veo sentido a meter dinero en esos tokens.
En el mejor de los casos, en el futuro el partido republicano podría ver algo de valor en PolitiFi y lanzar su propio token oficial, un utility token del partido, que podría utilizarse por los holders para obtener acceso a eventos privados o mercancía, algo así. Sería similar solo los tokens de fan de clubes de football que se pueden encontrar en Binance.
Igual, se tiene que ser bastante fanático de una facción deportiva o política para ir tan lejos como apoyarlos de forma tan rebuscada, cuando ya de por si los partidos acepta donaciones.
