Creo que esta onda de las monedas de privacidad todavía están en una etapa bastante temprana, siento que es muy parecido al momento histórico en que la criptografía era considerada un elemento militar y que los civiles no deberían tener acceso a ello.
Hoy en día es inconcebible navegar por Internet transmitiendo los datos en plano, sin pasar por algún tipo de criptografía. El mismo escenario se puede vislumbrar para las monedas de privacidad, solo es cuestión de tiempo para que las regulaciones se pongan al día con estas transferencias de valor descentralizadas de manera anónima.
La pregunta mas interesante de todo esto es, ¿serán las monedas actuales y su tecnología la utilizada en el futuro para la trasmisión de valor de manera privada?
Esa es la pregunta del millón de dolares, me gustaría escuchar sus opiniones al respecto.
Si, lo mas triste del asunto es que Monero no es privada por defecto y mucha gente lo desconoce. Hay que usar la cartera en consola, creo que ni se puede con la interfaz gráfica.
Es sorprendente que alguien de un gobierno apoye esto, pero indudablemente con el pasar del tiempo se va volver una realidad global. Bitcoin trajo al mundo la separación entre Dinero y Estado, y el tema del anonimato total es muy polémico, porque los poderes establecidos se acostumbraron a usar el dinero como herramienta de control y sumisión. En países como el mio, es incluso herramienta de empobrecimiento. Parece un contrasentido, pero eso es lo que pasa cuando el valor del dinero depende de pocas manos, especialmente políticos, la mayoría sin una noción mínima de conocimiento en economía.
Después que el dinero esté completamente desligado al control de unos pocos (usualmente gobierno pero a veces entes privados o una combinación), pues deberán al origen o al destino si pretenden imponer el cumplimiento de sus leyes. Sencillamente el dinero dejara de ser herramienta de persecución, y deberán ponerse a trabajar con sus órganos de inteligencia y policial en otros ámbitos.
Lo mismo pasa con el anonimato en internet, que es una herramienta indispensable para la denuncia, cosa que los políticos y otra gente mal habida detesta (transparencia en la gestión pública y privada).