No digo que el invento no tenga cierto ingenio (que no genio), pero me parece crear artificialmente valor de algo que no lo tiene de por sí, o por lo menos a mí me cuesta verlo en el plano digital.
Por ejemplo, el dinero fiat también es fungible supuestamente, sin embargo existe la numismática, y no solamente son monedas muy antiguas las que son consideradas "valiosas", sino también las más nuevas que poseen ciertas características que las hacen "raras". Por ejemplo las que fueron acuñadas con una máquina que tenía una falla y por ende tienen una letra diferente a las normales. Lo mismo ocurre en la filatelía (las estampillas en realidad también son una forma de "dinero" que supuestamente es fungible).
Sin embargo, en el caso de Ordinals hay un "problema". No es que haya un número único que identifique a cada satoshi, hay varias formas de contarlos. El método que emplea Ordinals, una forma del "first in first out", ya es una convención, sobre todo hay ambigüedades cuando queremos contar las comisiones que van a los mineros. Además Rodarmor hizo "trampa" de alguna manera: para simplificar el algoritmo, supone que en todos los bloques los mineros se llevan exactamente la misma recompensa (que corresponde según la "época entre halvings"), pero esto no necesariamente es así. Como figura en el artículo de Ken Bates, en el bloque 124724 el minero se llevó una recompensa ligeramente menor a la permitida (y el protocolo Bitcoin permite eso). Pero Ordinals ignora este "satoshi perdido".
De hecho en un momento se habló de cambiar esta forma de contar satoshis, pero Rodarmor se retractó porque hubiera puesto en peligro a todo el mercado (de ya de varios miles de millones de dólares) de las inscripciones ...