En realidad, él lo compra todo mediante préstamos.
Creo que es mejor incrementar tu patrimonio sin ni de lejos tanta deuda de inversión.
Tengo pendiente leer Padre Rico, Padre Pobre: sé que es una lectura relativamente ligera, y me lo han recomendado muchos amigos, pero hay tanto por leer y tan poco tiempo para ello... Cualquier día de estos.
Creo haber entendido algunas nociones básicas del mensaje de KIYOSAKI, y con tu post me queda todavía más claro, gracias por la síntesis en cuanto a su filosofía financiera de vida. Y coincido contigo en que endeudarse a tales niveles no es bueno en general (según mi manera de ver la vida, no es bueno endeudarse en absoluto).
Supongo que hay que ser muy inteligente para pensar de manera tan poco convencional y poner en práctica sus teorías, de manera que se haya convertido en tan inmensamente rico. Pero para mí, una cosa es la inteligencia y otra la sabiduría. Según mi noción particular, inteligente es el que idea una trama para volverse multimillonario, arriesgándose en cierto sentido, o sacrificando a otros, y pudiendo acabar arruinado o en la cárcel, miserable material y/o espiritualmente. Quien más quien menos conocemos muchos casos en los que la riqueza no facilita la vida (la Pantoja, Mario Conde, Trump... ¿quién en su sano juicio querría realmente parecerse a Trump?):
PLATÓN. Alegoría de la Caverna.
Por contra, sabio es el que aspira a conocer la verdad, y se plantea si realmente merece la pena meterse en marrones y si efectivamente su nivel de felicidad mejoraría con tantas riquezas. Hay estudios que sugieren que efectivamente la riqueza no da la felicidad:
Al parecer, el nivel de felicidad punta al comprar un coche nuevo decae rápidamente hasta niveles pre-compra e inferiores, de manera parecida a su precio justo después del salir del concesionario. Esto no hay quien se lo explique al ciudadano medio, para beneficio de monstruos como VW (hasta tal punto nos tienen comido el tarro). Y podría aplicarse a tantos otros bienes de consumo.
Personalmente, no aspiro a hacerme rico. Me considero una persona relativamente feliz, y no necesito zapatillas de miles de dólares, coches deportivos ni yates para ser más feliz, por lo que tampoco le veo sentido a marcarse como objetivo de vida (e insatisfacciones) hacerme rico, a diferencia de lo que veo en gran parte de la población occidental. Tal y como cita CHUL-HAN en Psicopolítica:
JENNY HOLZER.
Por eso, endeudarme hasta las cejas para invertir en valores seguros, pongamos el ladrillo, me parece inteligente, pero no sensato. No es la manera en la que quiero vivir. Y tampoco pretendo convencer a nadie. Volviendo a la Caverna (o citando a Satoshi cuando pide disculpas por no tener tiempo para convencer):
- No veo en eso nada que me sorprenda.
Bueno, disculpad el off-topic